Las Acllas: Guardianas de la Tradición Inca y el Orden Social.
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Las acllas, también conocidas como "Vírgenes del Sol" o "Mujeres del Inca", fueron una pieza clave dentro de la organización social y religiosa del Imperio Inca. Estas jóvenes, seleccionadas desde una temprana edad, desempeñaban roles fundamentales tanto en los rituales sagrados como en la vida cotidiana de la élite incaica. La vida de las acllas refleja no solo la estructura jerárquica y autoritaria de la civilización inca, sino también la profunda conexión entre el poder político y la religión en la sociedad andina precolombina.
Origen y Selección de las Acllas
La elección de las acllas no era un proceso aleatorio. Según las crónicas de historiadores como Cabello Balboa, los “tucuyricocs” —funcionarios del estado inca— eran los encargados de buscar a las jóvenes más hermosas de entre 12 y 14 años, generalmente pertenecientes a familias de élite o destacadas por su belleza. Una vez seleccionadas, estas niñas eran enviadas a Cusco y recluidas en el Acllahuasi, una institución similar a un convento donde pasaban el resto de sus vidas dedicadas a labores rituales y productivas.
El Acllahuasi —la casa de las escogidas— era un lugar de clausura y control estricto, que simbolizaba el poder centralizado del Inca y su conexión directa con los dioses. En este espacio, las jóvenes eran preparadas bajo la supervisión de las mamaconas, mujeres de mayor edad y experiencia que se encargaban de su instrucción, y bajo la vigilancia de los eunucos, quienes custodiaban el recinto para asegurar la castidad de las jóvenes.
Funciones y Rol de las Acllas en el Imperio
Las funciones de las acllas eran diversas y respondían tanto a las necesidades del Estado como a los requerimientos del culto religioso. Entre sus principales actividades se encontraba la fabricación del cumbi, un tejido fino y de gran valor que era utilizado para confeccionar las vestimentas del Inca y la élite gobernante. El cumbi era un bien sumamente apreciado, y su confección por las acllas era una forma de asegurar la pureza y calidad de la prenda destinada a los rituales y la administración.
Además del trabajo textil, las acllas también tenían un papel crucial en la producción de chicha, una bebida ceremonial a base de maíz que se utilizaba en los rituales religiosos y en las festividades vinculadas al culto solar. La chicha era vista como una ofrenda sagrada al dios Inti (el Sol) y a otras deidades incas, y su elaboración estaba en manos de estas mujeres seleccionadas específicamente por su pureza y habilidades.
Un número reducido de acllas era destinado a convertirse en vírgenes del Sol, una posición altamente prestigiosa dentro de la jerarquía incaica. Estas mujeres no podían casarse ni tener relaciones sexuales, y dedicaban sus vidas exclusivamente al servicio de los dioses. Sin embargo, la mayoría de las acllas eran seleccionadas para ser concubinas del Inca o de otros nobles del imperio. Esto reflejaba el control absoluto del Inca no solo sobre los bienes materiales y territoriales, sino también sobre los cuerpos de las mujeres, quienes podían ser otorgadas como recompensa a los curacas (jefes locales) y otros aliados políticos.
El Acllahuasi: La Casa de las Escogidas
El Acllahuasi, como institución, fue descrito por varios cronistas, entre ellos el Padre Bernabé Cobo, quien lo definió como un lugar donde se reunían jóvenes vírgenes, seleccionadas por su nobleza y belleza, junto a las mamaconas que se encargaban de su instrucción. Este espacio, cerrado al mundo exterior, funcionaba como una especie de convento donde las jóvenes eran entrenadas no solo en el arte del tejido y la preparación de alimentos sagrados, sino también en los ritos y ceremonias religiosas.
En términos de autoridad, el acllahuasi era gobernado por una figura femenina de alta jerarquía, normalmente la hermana del Inca, quien ostentaba el título de apunaca. Esta mujer tenía el poder de seleccionar y supervisar a las nuevas acllas, asegurándose de que cumplían con los requisitos de pureza y devoción necesarios para sus tareas.
Variedad Social y Funcional de las Acllas
A pesar de ser vistas como un grupo homogéneo de mujeres seleccionadas por su belleza y pureza, las acllas no provenían exclusivamente de la nobleza. En los acllahuasis podían encontrarse jóvenes de diferentes estratos sociales, incluyendo tanto a mujeres de la élite incaica como a jóvenes procedentes de los ayllus (comunidades rurales). Esta diversidad refleja el amplio control que el Estado inca ejercía sobre la población, exigiendo tributos no solo en bienes materiales, sino también en personas.
Las mamaconas, como mujeres de mayor edad y sabiduría, eran las encargadas de entrenar a las acllas en sus labores. Estas mamaconas eran mujeres que, habiendo pasado su juventud como acllas, continuaban sirviendo al Estado inca como instructoras. Su experiencia y conocimiento las convertían en figuras respetadas dentro del acllahuasi, y su función era esencial para mantener la disciplina y asegurar que las jóvenes cumplían con los deberes impuestos.
La Visión de los Cronistas sobre las Acllas
Los cronistas de la época colonial, como Felipe Guamán Poma de Ayala, dejaron detalladas descripciones sobre las acllas, aunque con interpretaciones variadas. En su obra "Nueva corónica y buen gobierno" (1615), Guamán Poma presenta a las acllas como mujeres dedicadas a los dioses, señalando la existencia de diferentes tipos de vírgenes que servían a diversas deidades, como el Sol, la Luna y otras estrellas. Según sus escritos, las acllas vivían en completa castidad, apartadas del contacto con los hombres y dedicadas exclusivamente a sus labores rituales hasta el final de sus vidas.
Guamán Poma distingue entre las "guayrur aclla", vírgenes principales dedicadas a los ídolos más importantes del imperio, y las "pampa acllaconas", mujeres campesinas que trabajaban en la elaboración de textiles y productos agrícolas destinados a los dioses menores. Estas descripciones ofrecen una visión compleja y estratificada del mundo de las acllas, revelando cómo esta institución servía no solo para reforzar la estructura religiosa del Imperio, sino también para mantener el orden social y económico.
Un Sistema de Control y Poder
Las acllas fueron mucho más que simples vírgenes destinadas al servicio de los dioses o al placer del Inca. Representaron una estrategia clave del estado incaico para controlar tanto la producción de bienes esenciales como la moral y el orden social del imperio. A través de las acllas, los incas no solo aseguraban la pureza de los rituales y productos sagrados, sino que también reforzaban su autoridad sobre los territorios y las personas bajo su dominio. El legado de las acllas, aunque distorsionado y reinterpretado a lo largo de los siglos, sigue siendo un símbolo poderoso de la complejidad y el control que caracterizaba a la civilización incaica.
Autor del artículo
Rolando Rios Reyes: Es un educador peruano, especializado en la integración de tecnologías de la información y comunicación (TIC) en la educación. Estudió en la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle – La Cantuta y ha dedicado gran parte de su carrera a desarrollar recursos educativos digitales. Es conocido por haber creado la plataforma educativa "Carpeta Pedagógica", que ofrece una amplia variedad de recursos educativos, incluyendo blogs, WebQuests, y materiales audiovisuales, utilizados por estudiantes y docentes en diversos países.
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