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Cultura Azteca

Cultura Azteca

Cultura Azteca, cultura precolombiana de mesoamérica que habitó los territorios del norte de México, entre los S. XIV y XVI.

Cuando los mexicas llegaron al Valle de México eran una tribu de cazadores y pescadores primitivos; al mantener una estrecha relación con los pueblos civilizados, asimilaron los elementos normativos de su arte y de su cultura, adoptaron los conceptos y las costumbres de los toltecas y heredaron las ideas religiosas y los estilos artísticos de la cultura mixteco-cholulteca.

La mayor parte de la información acerca de la cosmovisión mesoamericana se obtiene de las fuentes que nos describen la vida de las sociedades del Posclásico tardío que ocuparon el Altiplano Central de México; entre estas sociedades destaca la mexica, por la riqueza de las referencias de los escritos históricos, que nos ayudan a entender las concepciones particulares de los pueblos que los antecedieron y de los que fueron contemporáneos.

La descripción de los principales elementos urbanos que integraban la monumental y admirable ciudad de México-Tenochtitlan en el momento de la conquista, así como su distribución y organización, servirán como punto de partida para hacer comentarios sobre la evolución histórica de esta ciudad, sin duda la de mayor importancia durante el último periodo de Mesoamérica.

Localización geográfica

Tenochtitlan estaba ubicado en la zona lacustre de la cuenca de México, sobre un islote al occidente del lago de Texcoco. La extensión geográfica del imperio azteca ocupaba la mayor parte del centro y sur de la actual República mexicana, se extendía, desde el lago de Chapala hasta el río Pánuco, abarcando casi todos los estados de Veracruz Puebla, en el centro, Hidalgo, México y Morelos, en el sur; gran parte de los estados de Guerrero y Oaxaca, así como la Costa de Chiapas hasta la frontera con Guatemala. Sin embargo, quedaban fuera de su dominio los señoríos de Meztitlán (en Hidalgo), Teotitlán y Tututepec (en Oaxaca), Tarascos (en Michoacán), Yopitzingo (en Guerrero) y Tlaxcala.

La cuenca de México es una entidad geográfica de más de 7 800 kilómetros cuadrados de superficie que se localiza en la parte meridional del Altiplano Central en la República mexicana. Se trata de una cuenca limitada por cadenas de altas montañas en forma de anfiteatro. Donde el nivel era bajo y las aguas dulces, como en los lagos de Xochimilco y Chalco, era posible el cultivo chinampero. Entre los 2 270 y los 2 750 metros sobre el nivel del mar está comprendida la zona de somonte, cuyas tierras fértiles son propicias para el desarrollo de bosques, así como para la práctica agrícola extensiva. A partir de los 2 750 metros sobre el nivel del mar las laderas están dominadas por bosques de coníferas y pobladas por fauna mayor. Pese a estar situada al sur del Trópico de Cáncer, la cuenca de México tenía en la época prehispánica un clima templado con precipitaciones medias de 700 milímetros anuales.

Origen

A diferencia de numerosos pueblos nahuas que tenían un origen común, los mexicas procedían, según sus relatos, de un lugar específico llamado Aztlán (lugar de las garzas). Después de una larga peregrinación desde su patria legendaria llegan al Valle de México en el siglo XIII. La primera parte de la migración ha sido objeto de diversas interpretaciones.

Algunos historiadores nos dicen que es la descripción de una ruta circular que termina en el centro, Tula, donde los inmigrantes abandonan su pasado ichimeca y aprenden la vida civilizada —sería la etapa mítica de la migración—; otros, en cambio, han tratado de identificar los lugares por los que pasaron y que son mencionados en el relato, como la isla Aztlán y Teoculhuacan en tierra firme, Cuauhitzintla —identificada por algunos como Chicomoztoc—, Cuechtécatl - ichocayan y Coatlicámac, de donde pasarían a Coatepec en las cercanías de Tula.

Esta ruta corresponde a una tradición, que no es la única, pues la otra hace pasar a los mexicas por Michoacán, donde, al atravesar la zona lacustre del norte, los miembros de la tribu se dividieron en dos grupos, uno que se adhirió a los tarascos atraídos por la favorable región de Pátzcuaro y otro que continuó su marcha hacia la región del centro; de las zonas montañosas del noroeste llegarían a Tula, lugar donde ambos relatos convergen. Esta primera etapa de la migración está cargada de simbolismos y relatos míticos.

El juego de pelota

Los conocimientos y creencias de los mexicas fueron en gran parte comunes entre los pueblos mesoamericanos de su época.

La importancia mítica del juego de pelota entre los mexicas se manifiesta en la narración que refiere la peregrinación del grupo antes de establecerse en la cuenca de México. En ella se observa que cuando llegaron a Coatepec levantaron un templo para su dios Huitzilopochtli, mientras el dios mismo construyó un teotlachco (lugar genuino del juego de pelota), donde se enfrentó a sus tíos los Centzon Huiznahua (cuatrocientos surianos) y a su hermana Coyolxauhqui (La luna), quienes pretendían destruirlo. En relación con el teotlachco, cabe hacer mención que una constelación del norte, probablemente la Osa Mayor, o parte de ella, era llamada Citlaltlachtli, o sea el campo estelar del juego de pelota.

Historia

Los mexicas —pescadores y cazadores lacustres— posiblemente eran tributarios del grupo que detentaba el poder en Aztlán; cansados de lo que esto representaba, emprendieron un largo éxodo en busca de aquel sitio donde pudieran reproducir sus condiciones primigenias de existencia. El instigador principal de la migración fue Huitzilopochtli, sacerdote de Tetzauhtéotl, antiguo dios de los aztecas. Al iniciar la migración se identifican como un grupo distinto; dejan de ser "gente de Aztlán" y toman el nombre de mexitin o gente de Mexi, guía del grupo durante la migración. El nombre de mexicas los identificará, posteriormente, como los habitantes de México.

Según esta versión, salen agobiados por la opresión que sufrían, y formaron parte del proceso de atracción hacia el centro que va a caracterizar al periodo Posclásico y que se ha interpretado como el desplazamiento de grupos tributarios de los toltecas que contribuyeron a la caída de Tula, ya debilitada por diferencias internas. Partieron en una expedición organizada institucionalmente con ocupaciones territoriales continuas.

Las fuentes presentan versiones diferentes sobre el nombre y número de grupos que salieron de Chicomóztoc; una de las versiones principales lista siete grupos o tribus nahuas que salieron de las Siete Cuevas, siendo los mexicas los últimos en abandonar el lugar. Los emigrantes se organizaron en siete calpulli, cada uno con su dios protector pero todos subordinados a Huitzilopochtli.

Cada calpulli nombró cuatro teomamaque o portadores del dios, que conformaban el cuerpo sacerdotal, y un jefe militar o teyacanqui, guía principal del grupo, que los organizaba para la defensa, para obtener sus medios de subsistencia y para construir el templo a su dios en cada lugar donde se asentaban.

La migración de los mexicas desde Tula a Tenochtitlan es descrita por las fuentes con precisión. Desde Tula el recorrido se inició por varios lugares de los actuales estados de Hidalgo y México, antes de llegar a la parte norte del lago de Texcoco. Pasan por Popotla, Atlacuihuayan y se establecen largo tiempo en Chapultépec. Culhuacán y Tizapán se mencionan como última etapa de la migración antes de adentrarse al lago. Mexicaltzinco, así como los islotes de Iztacalco, Mixiluca y Teitlatzcaltitlan fueron los lugares que tocaron antes de llegar a la isla donde fundarían México-Tenochtitlan.

Al momento de la llegada de los mexicas, la cuenca de México es un universo delimitado y repartido. Todas las tierras estaban acaparadas por los grupos que les habían precedido. Los centros más importantes eran Xaltocan al norte; Xochimilco y Chalco al sur de la cuenca; Tenayuca, que fuera capital de los chichimecas de Xólotl, al noroeste del lago de Texcoco; al oeste Atzcapotzalco, cabeza del señorío tepaneca; al oriente Coatlichan y Texcoco, habitada por los acolhuas; Culhuacán funcionaba como el polo de civilización tolteca, ya que junto con Chapultepec fueron colonizados por éstos después de la caída de Tula.

A pesar de que la presencia de los mexicas era considerada una amenaza para el frágil equilibrio político de la región, su presencia fue tolerada a cambio de trabajo, principalmente como mercenarios en las guerras y en obras de acondicionamiento lacustre (construcción de diques, chinampas, canales, etcétera).

Mientras tanto, los mexicas iban ganando tierras y experiencia militar, realizando alianzas matrimoniales provechosas y dejando parte de su gente para poblar los lugares donde se asentaban. En los relatos sobre la migración se mencionan obras y hechos importantes que sucedieron durante este periodo.

En Coatepec represaron el agua desviando el curso del río y crearon un bello lago con profusión de aves y fauna acuática, rodeado de sauces y ahuehuetes; fue una obra colosal que además tuvo gran importancia política, la cual se expresa en el mito de la lucha entre Huitzilopochtli y su hermana Coyolxauhqui. Los rebeldes, encabezados por Coyolxauhqui, fueron sofocados y sacrificados por la gente de Huitzilopochtli, quienes por orden de su dios destruyeron la presa y emprendieron la marcha hacia los lagos centrales. Este suceso confiere una importancia crucial al sacrificio humano, que de aquí en adelante será símbolo del poder mexica. El acontecimiento ha sido relacionado también con la victoria de los mexicas en un combate contra sus opresores toltecas.

En Chapultepec, los mexicas efectuaron un intento de sedentarización permanente, comenzando por centralizar su gobierno bajo un tlatoani independiente, Huehue Huizilíhuitl; la situación no fue aceptada por sus vecinos, los tepanecas de Atzcapolzalco. A ellos se aliaron Chalco, Xochimilco, Tláhuac y Culhuacán desde el sur de la cuenca, y Xaltocan desde el norte; los mexicas son derrotados y su señor es sacrificado.

Participaron como mercenarios de Culhuacán en la guerra contra Xochimilco y lograron la victoria; este hecho les confirió cierta libertad, y los mexicas vivieron un tiempo más en tierras de los culhuas trabajando y relacionándose con ellos mediante alianzas matrimoniales, esto último con el claro objetivo de recuperar la herencia tolteca. Pero llegó el momento de conflicto: los mexicas pensaron en casar a su señor con la hija del rey de Culhuacán y la pidieron a su padre, pero en vez de efectuar el matrimonio la sacrificaron a su dios, desollándola y convirtiéndola en la "diosa madre" (Toci). Como consecuencia vuelven a perderlo todo y tienen que refugiarse en un islote ubicado al occidente del lago de Texcoco, en el lugar donde su dios, transformado en águila, les revelaría el fin del recorrido.

Éste fue el humilde origen de Tenochtitlan, la ciudad más famosa del mundo mesoamericano en el momento de la conquista. Al contrario de lo que pudiera esperarse, los primeros años no fueron fáciles; el islote donde se fundó México-Tenochtitlan pertenecía a los dominios de los tepanecas de Atzcapotzalco, pueblo que en aquel entonces gozaba de la supremacía política en la cuenca. Por lo tanto, los mexicas tuvieron que pagar su estancia con los productos excedentes de sus actividades lacustres. Troncos, piedras y lodo en grandes cantidades fueron elementos indispensables en la desecación del lago, durante la extensión de su espacio vital.

Trece años después de la fundación de Tenochtitlan, una fracción mexica se separa por conflictos territoriales y funda Tlatelolco en una isla aledaña.

Las tensiones y pugnas políticas que imperaban en aquellos momentos en la cuenca de México obligaron a los mexicas a ingresar, para su supervivencia, en el sistema de alianzas característico del periodo Posclásico. Así, los mexica-tenochcas solicitaron un tlatoani o rey a Culhuacán, que junto con Texcoco y Atzcapotzalco constituían una triple alianza. Por su parte, los mexica - tlatelolcas establecieron vínculos con Atzcapotzalco al pedir a un miembro de la casa gobernante tepaneca como su señor.

El despliegue de una fuerte organización bélica facilitó su participación como mercenarios en las campañas tepanecas. Durante la primera mitad del siglo XIV, los mexica-tenochcas habían alcanzado un nivel tal de desarrollo económico y político, que les permitió coligarse a la empresa expansionista tepaneca. En aquel tiempo, los tepanecas deseaban la total hegemonía sobre sus aliados.

Una nueva triple alianza se formaría: México-Tenochtitlan como lógico heredero del señorío de Culhuacán, los aculhuas de Texcoco, que seguirían siendo los sucesores de Coatlinchan, y los tepanecas de Tlacopan, que sustituirían a los de Atzcapotzalco.

Establecieron después una renovada política de sojuzgamiento y explotación de los pueblos débiles, en la que tanto México-Tenochtitlan como Texcoco obtendrían las mayores tajadas del botín de guerra, dos quintas partes cada uno, y Tlacopan se conformaría con el quinto restante. El resultado sería el dominio del vasto territorio comprendido entre la costa del Océano Pacífico y la del Golfo de México, entre la frontera con el señorío tarasco y los límites con el mixteco, además de la influencia sobre las tierras del Soconusco, actualmente situadas en la frontera entre México y Guatemala.

La forma misma de computar el tiempo en ciclos cerrados de 52 años implica una concepción muy distinta del registro lineal del calendario occidental; por eso, las correlaciones de ambos calendarios son diversas y confusas, se hace una reducción del tiempo de los mexicas a una relación de fechas inciertas y a una duración de cada fase del relato que varía según el autor o cronista.

Los primeros tlatoanis: Acamapichtli, Huitzilihuitl, Chimalpopoca e lzcóatl

Durante los primeros años, los mexicas siguieron bajo la dependencia política de Culhuacan, por ser suyo el territorio que ocupaban. Pero habiendo sido conquistada esta ciudad por Atzcapotzalco, los mexicas pasaron a ser tributarios del nuevo señor (en 1348). Se gobernaban por sus sacerdotes y guerreros, como durante la peregrinación, pero su población había crecido y sintiéndose fuertes para construir una pequeña monarquía solicitaron un rey al señor de Culhuacan.

De allá trajeron al príncipe Acamapichtli, quien se convirtió en primer rey de Tenochtitlan en el año 1383, aunque no actuó como monarca soberano sino como vasallo y tributario del rey de Atzcapotzalco, en cuyo beneficio participó en la conquista de Xochimilco, Míxquic y Tláhuac. Se casó con la hija de uno de los fundadores de Tenochtitlan y procreó con ella a Huitzilíhuitl, que fue su sucesor en el trono; pero también tuvo otro hijo con una mujer de Atzcapotzalco, que se llamó lzcóatl, que llegó a ser más tarde un gran monarca mexica.

A la muerte de Acamapichtli, el poder pasó a su hijo Huitzilíhuitl (1396), quien intervino en las guerras que emprendió Tezozómoc (rey de Atzcapozalco) contra Cuauhnáhuac (hoy Cuernavaca), Xaltocan y Cuauhtitlán; más tarde participó en la lucha contra Texcoco, cuando se le arrebató la supremacía a Ixtlixóchitl (rey de Texcoco y padre de Netzahualcóyotl). Huitzilíhuitl se casó con una hija de Tezozómoc, de quien nació Chimalpopoca, evento benéfico para los mexicas, pues se reduce la tiranía de Azcapotzalco. Pero también tuvo por esposa a una mujer de Cuauhnáhuac, de quien nació Moctezuma I que fue el quinto rey de Tenochtitlan.

Tayatzin intentó derrocar al ursupador con la ayuda de los reyes de Tenochtitlan y de Tlaltelolco pero al saberlo Maxtla mandó matar a los conspiradores y Chimalpopoca fue encarcelado y asesinado. Muerto éste fue electo rey Izcóatl (1427), quien resultó un gran general y político, formó una alianza con Texcoco y otros pueblos del Valle para derrocar a Maxtla —quien huye a Coyoacán y muere asesinado— y terminar con la tiranía de Azcapotzalco.

Maxtla fue derrotado y los vencedores hicieron sentir su poder arrollador por el sur del Valle, conquistando Xochimilco, Míxquic y Tláhuac y llevando su dominación hasta Cuauhnáhuac (Morelos), Tlachco (Guerrero) y Cuauhquecholan (Puebla). Con esta unión político-militar que se establece entre Tenochtitlan, Texcoco y Tlacopan la "triple alianza"; los mexicas no sólo obtuvieron su independencia política, sino que ganaron nuevas tierras que fueron la base de su imperio. En esta forma lograron neutralizar el poder de Texcoco y de Tlacopan.

Después de independizar a su nación, Izcóatl reorganizó el gobierno, estableció una diferencia social entre nobles y plebeyos basada en la posesión de la tierra y en las funciones que cada uno debía desempeñar, y además modernizó la ciudad de Tenochtitlan comenzando a construir templos y palacios de piedra que sustituyeron a las humildes chozas de paja.

Los grandes conquistadores Moctezuma I y Axayácatl

Moctezuma I o Ilhuicamina gobierna de 1440 a 469. Tan pronto como llega al trono emprende una serie de conquistas hacia el sur: del valle
de Morelos hasta Guerrero, las regiones de Puebla, Oaxaca y el sur de Veracruz.

Durante el gobierno de este monarca hubo grandes sequías que produjeron hambruna durante cuatro años consecutivos; los tenochcas intentaron desagraviar al Sol y a la Tierra ofreciéndoles abundantes sacrificios humanos, para lo cual iniciaron guerras contra los huejotzincas y tlaxcaltecas, que tenían por exclusivo objeto conseguir víctimas para los sacrificios. Por eso se les llamó guerras floridas.

Moctezuma prosiguió la obra constructiva de Izcóatl en el engrandecimiento de la ciudad, haciendo que se levantaran nuevos edificios públicos. Se construyeron tres grandes calzadas que unieron a la ciudad con tierra firme; se construyó un acueducto, que llevaba el agua dulce de los manantiales de Chapultepec al centro de la ciudad, y se levantó una albarrada que la protegería de las inundaciones del lago de Texcoco.

Axayácatl subió al trono en 1469; en 1473 acaba con la independencia de Tlatelolco y lo reduce a un barrio de Tenochtitlan; la gran importancia del mercado de Tlatelolco hizo que se centralizaran en él las actividades mercantiles. Después emprende la conquista de importantes ciudades del valle de Toluca (Calixtlahuaca y Malinalco) y llega hasta la frontera del reino tarasco; en las dos ocasiones que atacó este señorío fueron derrotados los ejércitos mexicas. En su reinado mandó labrar la Piedra del Sol o Calendario Azteca, que es la interpretación simbólica del tiempo en relación con el culto solar.

Los reyes constructores Tizoc y Ahuizotl

Tizoc comienza su gobierno en 1481 e inmediatamente procede a la reconstrucción de los templos de Tláloc y Huitzilopochtli en proporciones grandiosas, que no logró ver terminadas; para conmemorar las victorias pasadas, mandó labrar uno de los grandes monumentos de la escultura azteca, la Piedra de los Sacrificios, en la cual se ve al rey capturando prisioneros. Emprendió las conquistas de Yanhuitlán (Oaxaca) y Tuxpan (Veracruz).

También emprendió una nueva campaña contra los tarascos, pero los ejércitos mexicas fueron derrotados una vez más.

El Gran Señor Moctezuma II

En 1502 sube al poder Moctezuma II o Xocoyotzin, y con él se inicia una nueva fase en la que el monarca es considerado una encarnación de dios a quien hay que rendir homenaje como persona sagrada. Su reinado fue un periodo de gran lujo y prosperidad, debido a los cuantiosos tributos que recibía de los pueblos conquistados, pero al mismo tiempo comienzan a advertirse síntomas de rebelión: en primer lugar, tienen que sofocar la insurrección de los mixtecas.

Los tlaxcaltecas, que habían sido acorralados por los mexicas con el fin de someterlos, también excitaban a los vencidos a sublevarse contra sus dominadores, tratando de provocar una insurrección general. Por último, sobrevino una serie de desgracias y malos presagios: terremotos, granizadas, plagas, nevadas, sequías y aparición de cometas que alarmaron el espíritu supersticioso del monarca y predispusieron su ánimo para recibir a los españoles como enviados de Quetzalcóatl para recobrar su reino.

Los últimos defensores del imperio Cuitláhuac y Cuahtémoc

Moctezuma fue tomado como rehén por Cortés en 1519 para asegurar la sujeción del imperio, pero el pueblo lo desconoció y fue nombrado en su lugar Cuitláhuac, señor de Iztapalapa, quien encabezó a los mexicas para arrojar de Tenochtitlan a los españoles.

Entonces los aztecas eligieron a Cuauhtémoc, señor de Tlatelolco, quien preparó la defensa de Tenochtitlan y dirigió la resistencia de la ciudad durante el largo asedio que le impusieron los españoles, hasta que cayó en su poder el 13 de agosto de 1521. El monarca prisionero fue sacrificado en 1525 por Cortés, durante su expedición a Honduras.

Organización social

Organización Social Azteca: La unidad fundamental de la sociedad mexica era el calpulli o barrio; cada uno estaba formado por individuos que pertenecían al mismo linaje y tenían en común los mismos dioses tutelares, templo y escuela propios, y poseían la tierra que les era asignada en el sector de la ciudad en que vivían. El conjunto de los calpullis formaba la tribu, cuyo organismo fundamental era el Gran Consejo. Las familias que integraban el calpulli estaban bajo la jefatura del más anciano y los hijos vivían bajo la tutela del padre hasta que se casaban.

Organización Social Azteca

Organización económica

Organización Económica Azteca: Durante su peregrinación y hasta el reinado de Izcóatl, la vida de los mexicas se basaba en la caza, la pesca y en una sencilla horticultura por falta de terrenos de cultivo, supliendo lo que les hacía falta por el intercambio de productos con otros pueblos. La creciente población y la falta de tierras de cultivo incitaron a los mexicas a construir estacadas rellenas de piedra y lodo a fin de aumentar la superficie cultivable; así formaron "chinampas" a orillas del poblado, en las cuales sembraban hortalizas y otras plantas alimenticias.

Organización Económica Azteca

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