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Altar de Choque Chinchay

Altar de Choque Chinchay

Información sobre el Altar de Choque Chinchayi, sus principales características y mucho más.

El Altar de Choque Chinchay

  • Es una roca, aparentemente no removida de su emplazamiento original.

  • Quizá fue la roca fundacional del templo; siempre estuvo allí.

  • En algún momento, los sacerdotes de Chavín la tallaron, dándole una superficie plana y lados paralelos.

  • Sobre la superficie cavaron 7 pozuelos circulares, dispuestos de manera muy próxima a la ubicación que tienen las 7 estrellas de la constelación de Orión, con las "tres marías" (llamadas "Patá" en lengua yunga) y sus cuatro guardianes.

  • La posición de los pocitos permite, de otro lado, identificar las partes que dan forma a la figura del jaguar que diseñan los chavinos: las patas, cabeza y rabo, en los cuatro extremos, y el pecho, el vientre y las ancas formando el cuerpo.

  • En muchos dibujos de la época antigua de Chavín, esto se presenta de modo evidente.

  • Orión pudo ser la "constelación del jaguar" para los chavinenses, omnipresente.

  • Es la constelación más brillante del cielo y aparece todo el año, aun cuando sale por el horizonte en distintos momentos a lo largo de los meses.

  • Su ubicación en el zenit o el horizonte oriental, pueden permitir medir las horas, cada noche. Eso significa que, en días dados del año, caerá en puntos fijos que marquen con precisión momentos importantes en la vida de los chavinos.

  • El altar, con sus pocitos puede ser sólo su representación, que puede hasta brillar cuando se les llena con agua, pero podría ser también un instrumento para fijar con precisión los puntos del zenit.

  • Muchos pueblos de la antigüedad lo hacían de ese modo, con el reflejo de las estrellas en el agua.

  • El altar está en un lugar especial, al borde de la plataforma que rodea la gran plaza cuadrangular, frente al edificio sur del templo.

Información relacionada

Cultura Chavín: Cultura preinca descubierta por Julio César Tello (1919), localizada en el callejón de Conchucos a orillas del río Mosna y Huachecsa en la provincia de Huari, departamento de Ancash a 3137 m.s.n.m. Además, es considera la “Cultura Matriz del Perú Antiguo”. Chavín tuvo una sociedad teocrática (aparición del Estado), que dio origen al ayllu, estuvo conformada por sacerdotes, artesanos campesinos, guerreros y campesinos. Su base económica reposaba sobre la agricultura, generalizaron el cultivo del maíz (base de la alimentación andina).

Cultura Chavín

Escultura Chavín: El arte lítico chavín no es propiamente escultórico, pese a que existen más de un centenar de esculturas de cabezas monstruosas, humanas, de animales, etc. Se trata en realidad de un manejo de superficies planas, en donde se graban imágenes relacionadas con el culto. La escultura es un arte asociada a la arquitectura, aunque algunas piezas son obviamente independientes de ella, como es el caso del ídolo principal el "Lanzón monolítico", que, si bien está dentro del templo, obviamente fue esculpido con independencia de una función de columna, enchape de muro, viga, cornisa o algo similar; ocurre igual con piezas como el "Obelisco Tello".

Escultura Chavín.

Lanzón Monolítico: En el centro del templo, dentro de un crucero subterráneo, se encuentra la escultura de una Gran Imagen, que era el personaje sobrenatural más importante del lugar. El Lanzón Monolítico es algo equivalente a una divinidad. Es un ser antropomorfo, es decir con atributos propios de los seres humanos, pero dotado de rasgos de poder y fuerza que no tenemos los humanos: la boca con dos inmensos colmillos, las manos y los pies con garras, los cabellos y las cejas convertidos en serpientes vivas. Tiene un tocado -o moño- formado por cabezas de grandes serpientes o felinos, y un cinturón de la misma composición.

Lanzón Monolítico

Obelisco Tello: El Obelisco de Chavín es la escultura más compleja que se conoce en el Perú. Es una pieza alargada, prismática, de 2,52 m de altura, que tiene una sección de 40 cm que estaba dentro de la tierra, de modo que se fijaba, verticalmente, en el centro de la plaza circular. En el obelisco está grabado un texto que gira en torno de un inmenso dragón que se presenta en dos versiones -masculina y femenina- una al lado de otra. No representa al Dragón como un personaje único, sino como parte de una escena en la que intervienen una gran cantidad de personajes.

Obelisco Tello.

Pórtico de las Falcónidas: En la fachada del Templo Nuevo hay una portada, hermosa, que tiene en el centro dos columnas cilíndricas de piedra negra, que sostienen un dintel voladizo, a modo de cornisa, cuya mitad sur era de piedra blanca, en tanto que la del norte era de piedra negra. Hay tres escalones y una vereda que, igualmente, son de piedras blancas hacia el sur y negras hacia el norte. Las columnas están íntegramente grabadas, con la imagen de dos aves míticas antropomorfas, una hembra al norte y un macho al sur.

Pórtico de las Falcónidas.

Dintel de los Jaguares: Cuando se sube desde la gran plaza cuadrangular, en dirección a la portada del templo mayor (Templo Nuevo), se asciende por unas escalinatas muy anchas, soberbias, de piedras blanquísimas. Estaba adornada por unas columnas cilíndricas al parecer lisas, que sostenían un dintel con las imágenes de cuatro felinos que estaban juntos, en parejas, sentados unos al lado de otros (y no en fila), de modo que la composición aparece con pares de cabezas, unidas por una sola gran boca -como siameses- y un cuerpo alargado, como si fuese la imagen de un saurio, con dos pares de patas.

Dintel de los Jaguares.

Estela Raimondi: Es una de las más famosas lápidas de Chavín. Desde que fue llevada a Lima, en 1873, para el Palacio de la Exposición, se convirtió en un símbolo del país. Está hecha en una losa rosada, de casi dos metros de altura y 73 cm de ancho y sólo 17 cm de espesor. Tiene una cara grabada y otra lisa. No se sabe dónde estaba ubicada originalmente; cuando fue hallada, ya los pobladores de Chavín la habían trasladado al pueblo y allí la usaban para fines domésticos (como mesa de comedor y como batán) .

Estela Raimondi.

Cabezas Clavas: En la parte alta de los templos, debajo de las cornisas, había una hilera continua de cabezas talladas en piedra, lo suficientemente grandes como para que, desde el suelo, entre 14 y 20 metros más abajo, se pudieran apreciar sus detalles. Sólo las cabezas, como si fuera una exhibición de los decapitados que exponen los cazadores de cabezas de otros pueblos, en la parte más importante de sus casas. Las cabezas expuestas podían ser de enemigos capturados en la guerra, o de prójimos cuya memoria querían preservar.

Cabezas Clavas.

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